jueves, 29 de noviembre de 2007

Los gatos de mis amigas V (Bea): Brusina









Brusina ha heredado unos preciosos ojos azules no se sabe de quién, pues como otros tantos gatos, apareció hace seis años, pequeña, sola y abandonada. Brusina ha heredado también un nombre de otro gato que tuvo la madre de Bea y que se llamó Brus. También como otros gatos, a Brusina se la llama más por otros nombres -misifu, miiiis, sina- que por el nombre dado por las personas. Yo también lo hago, Claudia con frecuencia es Puccina y Liu es Piccimicci. En el fondo, también da igual, porque los otros nombres, los suyos de verdad, los nombres inefables de los que escribió T.S. Eliot en "old possum book of prectical cats" sólo ellas los saben.

Brusina entró en casa de Bea , revoltosa y juguetona, ahora, como se ve, es una gata tranquila, pacífica y cariñosa. Bea no la ve a menudo porque estudia fuera de casa. Cuando vuelve, Brusina expresa su queja por la ausencia y su alegria por el reencuentro de esa manera en que ellos entienden la proximidad: encima de tí. A veces me quejo de que Claudia elige justo el centro geográfico de la cama para colocarse de noche, y que Liu se coloca encima de mis rodillas (ay, con mi menisco roto) de modo que tengo que dormir hecho una ese... pero es que Brusina... ¡Brusina se ha llegado a dormir sobre la cara de Bea! Claro... ¿para qué buscar otro sitio, si justo en ese es donde más se hace patente que estás ahí y que te he echado de menos?

Bea comenta que leyó en un libro que cuando vives una vez con un gato, ya no puedes vivir después sin ellos. Tiene razón, pero cada gato es irremplazable. Seguro que a Bea no se le ocurre como reemplazar la belleza provocadora y casi insultante de Brusina.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

ese monstruo que vive bajo la cama


Hacia mucho que no me pesaba, y que mi peso sólo era una intuición. La báscula sólo un monstruo que se había quedado en casa de mis padres.